"UN ZIG ZAG VITAL"


No hubo ningún fan vengativo,
ni fue víctima del desamor,
sólo un trastazo furtivo, y se fué.

EL, un "Zafiro Negro" empapado de Radio Luxemburgo, que se empeñó en rodearse de ye-yés, cambiar los libros por un micrófono y soñar con los escenarios desde un local de ensayo en Tudela Veguin.

"La ciencia está en la imagen...", quería entender en sus discos melenudos, medio gastados de los swing sixties.

El Op-art, el traje prete, el flequillo + el botín le lanzaron a unos incipientes sesenta. Siguieron años "Archiduque" repasando éxitos y emulando con sus falsetes todo lo que escupían las radios.

Eran sus dimensiones en sol mayor, queriendo volar muy alto en un continuo no le ames con lamento de gaitas.

Y así fue aprobando curso tras curso, todos los cambios de etiquetas de la década, -mod-beat-hippy-psicodélica, hasta darse de bruces con la jungla gladulux de los setenta. Nueva era glitter, que venía a enterrar una década ya sin Cream, Pepper's, Hendrix, Jones, y un pasado crooner de un Tino cansado de rodar por tantos casinos.

Los nuevos Aladine Sane-Ziggy le mostrarán el camino de Marte a bordo de un Virginia Plane, que le va a llevar por encima del sinfonismo, eludiendo el escupitajo punk, hasta aterrizar en unos ochenta "Neocasal".


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