Si los años 70 signficaron una etapa de transición en nuestra cultura, los 80 supusieron la apertura definitiva hacia el exterior. Efectivamente, en la primera mitad de la década es altamente siqnificativo comprobar la proliferación de tendencias artísticas que confluyen en el mismo contexto cultural donde triunfa el eclecticismo junto con otras corrientes como la nueva figuración, la abstracción y los movimientos pop, éstos últimos con especial frucción.

Ahora bien, hemos de señalar que esta dinamización cultural que se produce en los 80 viene propiciada por dos factores fundamentales: uno será el cambio de actitud que experimenta el aparato del Estado respecto a la política artística, sobre todo en materia de exposiciones, y el otro estaría más en relación con la nueva estrategia de mercado, tomando como punto de referencia el mercado internacional: en este aspecto tuvieron mucho que ver los marchantes, la crítica y las actividades de prestigiosas e influyentes galerías privadas.

Así pues, el panorama artístico que nos ofrecen los 80 se caracteriza por una mútiplicidad de tendencias que hacen difícil su periodización, quizá porque en nuestro país no se generaron movimientos o grupos de marcada personalidad diferencial, ni se ha llevado a cabo una promoción institucional o privada como la existente en otros paises.